PREGÓN FIESTAS URUEÑA 2017 por Óscar Abril
AGRADECIMIENTOS
Muchas gracias señor alcalde, Francisco, amigo Paco; también muchas gracias concejales, Mari Carmen, Javi, Jesús y Víctor. De corazón agradezco a esta corporación municipal el honor que me concedéis habiéndome elegido para ser pregonero de Urueña.
También quiero agradecer enormemente a todos los asistentes que estáis aquí acompañándome en este acto inaugural de las fiestas de nuestra patrona: La virgen de la Anunciada. Así que gracias amigos, gracias vecinos y gracias a la familia, que algunos habéis venido de muy lejos.
Y antes de leer las líneas que he preparado tengo que decir que, yo que soy de lágrima fácil, como muchos sabéis, prefiero hablar de manera más espontánea y relajada, cuando se trata de temas tan sensibles o sentimentales. Pero la realidad es que no deseo dejar pasar ninguna de las palabras que he escrito para este pueblo y para todos vosotros. Así que espero no emocionarme mientras las leo. Evidentemente me tiraría días para poder expresar todo lo que siento por esta villa, pero, al menos, que sirva este texto, para quede constancia de algunas de las cosas más importantes.
Comienzo, pues, con el discurso.
MEMORIAS DE UNA VILLA
Hace unos meses, en uno de esos Congresos Internacionales que los investigadores o, bichos raros, como alguno nos llama, asistimos para contar cosas que todo el mundo ha visto pero que casi nadie se pregunta, recibí, por sorpresa, un especial acompañamiento de nuestro querido alcalde, mientras realizaba una exposición sobre la restauración de uno de nuestros chozos. Cuando terminé, Paco me dijo con esa sonrisa cómplice: “Oscar, vete preparando un discurso para las fiestas de 2017”. En ese momento, no sabía si lo decía en serio o no. Pero le contesté, entre risas, que cómo alguien tan joven podía dar un pregón. Y aquí estoy, y sí, quizá ha llegado un poco pronto y me falten experiencias que contar en un acto de este tipo, pero sin duda, ése fue un ofrecimiento ilusionante para alguien tan arraigado a esta villa. Así que no lo he podido rechazar.
He de reconocer, que este evento de gran responsabilidad, de siempre ha sido uno de los momentos que más me ha entusiasmado en nuestras fiestas patronales. Me llegan a la memoria grandes personas que han estado sentados en esta silla dando el inicio de la “pellejera”, pero hay uno que recuerdo especialmente: el que le vi hacer a nuestro gran doctor, Don Agustín. Esto sería hace ya unos diez años (puede que algo más), y nunca se me borrarán de la cabeza algunas de sus palabras, pero sobre todo la manera tan cariñosa con la que nos contaba sus experiencias en este pueblo. Seguro que muchos no olvidáis la forma tan llana y tan campechana de hablar de este gran médico. Recuerdo que ese mismo día, de hace más de 10 años, mientras le saludabais, yo pensaba que ojalá en alguna fiesta pudiera estar aquí, en el centro lea; aquí, al igual que él, delante de vosotros; aquí pudiendo pregonar a los cuatro vientos el amor que siento por este pueblo, por su paisaje, por su gente…
… Así que señoras y señores, misión cumplida, aquí estoy.
Aunque, no soy carrasqueño de pura cepa ya que nací y he vivido siempre en Madrid, mi vinculación con Urueña ha existido siempre, por mis padres, por mis abuelos y porque el potente sentimiento de pertenencia que tiene este municipio, hace que carrasqueños se repartan por todo el mundo, y que todos llevemos su nombre con orgullo allá donde nos encontremos. (Es decir, que hacemos mucha publicidad del pueblo, mucho ruido… y eso está muy bien).
Además, aquí aunque últimamente alguno me pueda conocer como el arquitecto del Torreón o el de los Chozos, para los que me conocisteis desde que era niño, para la mayoría de los aquí presentes, siempre he sido y seré Oscar, el nieto pequeño de Tiquia y Felipe. Quizá, para los más chicos, os es más fácil
reconocerme por ser Oscar, el sobrino de Teodoro, el del Kiosco.
Y como de memorias se trata, no pudo dejar pasar, para comenzar mis relatos, por uno de los primeros momentos que me llega a la cabeza sobre este pueblo, que son las largas carreras que me echaba por la empedrada Calle Real con apenas 5 o 6 añitos según veníamos mis padres, mi hermano y yo de Madrid a pasar unos días, para dar un beso a mis abuelos Julia y Guillermo. Digo bien abuelos porque (sí señores) en este pueblo los abuelos de tus padres, también son tus abuelos.
Son muchas, demasiadas, las cosas que me han pasado y que he aprendido a hacer entre estas murallas. Podría decir que aquí aprendí a pedalear la bicicleta y donde me caí por primera vez, donde también subí en burro y vi ordeñar y cosechar; que aquí, empecé a tirar cantos en la casa del gato o en la laguna; que aquí aprendí a jugar al rescate y a correr como si no hubiera fin; que aquí fue donde me enseñaron a jugar al mus, al tute, al parchís y, como no, a la chana. Pero sobre todo, que aquí, fue donde comprendí la importancia de la tierra, de la agricultura y la ganadería, de la familia, del amor, de la amistad, de la solidaridad; sin duda unos valores de indudables cualidades humanas, que definen perfectamente a esta sociedad carrasqueña.
Me considero muy afortunado por pertenecer a este lugar. De hecho, recuerdo, que de niño, al principio pensaba que cuando mis amigos del colegio de Madrid se iban a pasar unos días a su pueblo, acudían, al igual que yo, a una maravillosa villa amurallada con almenas, con Castillo y Torreones, con museos y con parajes fascinantes. Pero luego, cuando me di cuenta que esos otros pueblos no eran tan fabulosos como lo es éste, que es único, comprendí lo privilegiado que era, por ser hijo de Urueña.
No sé si serán las imponentes paredes calizas de la muralla, o el barro de sus casas, quizá ha sido cada atardecer en la cueva, o a lo mejor fue el frescor del agua de los caños que tan bien sentaba; puede que las meriendas en la ermita, o los paseos en las noches de verano. Tal vez sea el pan o las rosquillas de Javi, el picadillo de Amando, o un buen asado en nuestros restaurantes. Puede que un breve vistazo por el roto, respirando ese aire fresco que no tenemos en la capital. O esa parlada con cualquiera de los que hoy estáis aquí que según me veis, me seguís preguntando cada vez que llego, con una sincera sonrisa: “¿Qué?, ¿a pasar unos días?”. No estoy seguro si es una de estas cosas, o, seguramente, sea la mezcla de todas ellas, que hacen que los que conozcamos verdaderamente los secretos de esta villa quedemos cautivados por ella, hasta el punto de que, en mi caso, Urueña
ha sido el gran elemento inspirador en mi vida educativa, en mi vida profesional y, por su puesto en la personal.
Me llegan a la memoria infinidad de trabajos que hice en el colegio, en el instituto y en la Universidad que giraban en torno a este lugar, algunos de los cuales, seguramente me hayan llevado a sentar aquí, para inaugurar esta fiesta. Y afortunadamente, también aquí, he podido ejercer mi profesión como arquitecto, con varios proyectos como el del Torreón, los chozos y algunas viviendas, e incluso a hacer mis pinitos como escritor, con el lanzamiento de mi primer libro Chozos y Casetas en el Corazón de Castilla, editado hace menos de tres años, como no podía ser de otra manera, por la Fundación de nuestro gran ilustre, Joaquín Díaz (al que admiro cada vez y que hoy ha lamentado no poder acompañarnos).
No obstante, las memorias que más me llenan de esta villa, van más por un camino emocional y sentimental, que me han otorgado recuerdos inolvidables. Porque aquí fue donde recibí la primera comunión, sí aquí, fue con Don Antolín con quien hice la catequesis. Porque aquí quien me ha ayudado a curar catarros y gripes ha sido Don Agustín, sí, con quien además todos jugábamos al fútbol, en aquellos magníficos triangulares de verano capitaneados, por Leoncio y por Raúl, mi padre, además del mismo doctor. También son innumerables las fiestas donde me he divertido con todos vosotros, hemos reído,
bailado, nos hemos emborrachado (no vamos a negarlo), también donde nos hemos juntado para formar la peña, en mi caso, la PEÑA LA MAFIA (que si no lo menciono alguno se me enfada, así que esto va por vosotros). Pero sobre todo donde nos hemos reunido, después de un buen madrugón, al día siguiente para cantar al pie de la ermita el himno de la Anunciada, nuestro himno, sin duda uno de los instantes más emocionantes, que siempre me pone la piel de gallina y que podremos revivir mañana y el domingo.
Aunque tengo que reconocer que si ha existido un momento que especialmente esperaba durante el año, desde que era niño, ha sido el Agosto en Urueña. De hecho, cuando mis amigos madrileños se juntaban para ir de vacaciones a alguna playa de levante, yo siempre he preferido ir en dirección opuesta, hacia el centro castellano, hacía el frescor carrasqueño. Porque un verano en Urueña, es, en letras mayúsculas, LO MÁXIMO, porque gran parte de mis mejores amigos se han forjado aquí, en Agosto, entre ellos el mejor, mi hermano. Primero correteando por las calles, de picia en picia, más mayor con aquellos itinerarios en bicicleta para ir a la ermita o algún otro pueblo como San Cebrián, La Espina o Villagarcía, y como no hacia la, ya desaparecida, charca de las ranas, donde nos pasábamos las tardes manchándonos de barro; luego con esos partidos de futbol, y con el esperado encuentro de San Pedro de Latarce, que he tenido el gusto de
organizar en alguna ocasión y por el que me he dejado la piel para conseguir, junto con alguno de vosotros, grandes triunfos por nuestro pueblo. Por cierto, tampoco puedo dejar pasar, otra de las memorias que me llevan a decir que tuve el privilegio de dirigir y entrenar al equipo juvenil de Urueña hace ya unos años, llegando a la final del torneo del mismo San Pedro. Y, muchas más cosas que ofrece esta villa a los veraneantes, además de los museos y librerías: como la feria de la tapa, la sardinada, discomovidas, karaokes, la reciente noche del terror, guerras de globos de agua, etc., etc., etc. además de algunos días de piscina, excursiones a playas del Cantábrico o el Lago de Sanabria, fiestas de otros pueblos (como las de Toro, Villalpando, Castromonte,…), ferias artesanales en otros tantos (como en Tiedra, Tordehumos…). Sin duda acontecimientos para escribir grandes memorias. Y así con muchas más cosas, que podría estar contando durante días. Con todo esto, no es de extrañar que desde muy joven, me sucedía que, a finales de Agosto, cuando volvía para Madrid, por mucho que me quisiera contener, se me escapaban lágrimas, mejor dicho lagrimones, cuando giraba la cabeza y veía alejándose, por la luna trasera del coche de mis padres, la muralla de mi villa, al recordar los grandes momentos que he, año tras año, pasaba en su interior.
Porque fue aquí, en verano donde di mi primer beso, porque fue aquí, donde encontré mi verdadero amor, porque fue aquí en la ermita de nuestra patrona, a la que hoy homenajeamos, donde al igual que mis padres y repitiendo su historia, me casé hace poco más de medio año, y, como no, con una autentica carrasqueña.
Así que, haciendo un repaso a la mayoría de las cosas importantes que me han ocurrido en la vida, puedo decir que lo he conseguido casi todo en este pueblo. Que el amor que siento por él se debe al amor que he recibido del mismo, que los valores que he adquirido como persona, han sido inspirados por las personas que lo han habitado, destacando a mis amigos y familiares. Así que, en realidad, todo lo que he dado a este pueblo y que ha hecho que hoy esté aquí sentado enfrente vuestra, es gracias a vosotros (a cada uno de vosotros) y aquellos que hoy ya no estáis aquí, pero que estoy seguro que, orgullosamente, también me estáis escuchando.
Y para terminar, quería mencionar la buena labor y sobre todo el buen trato que he recibido por este alcalde, y por los otros dos que conocí anteriormente, Manolo (por aquí presente) y Luciano (que en paz descanse). (A Hipólito y al señor Miguel, les he conocido, aunque ya no de Alcaldes, e igualmente me han tratado de manera excelente y también sé de su buena labor). Normalmente los ciudadanos tenemos una tendencia a quejarnos y a pedir continuamente mejoras a las instituciones, pero en esta ocasión, lo que me sale de dentro no es eso, sino
daros la enhorabuena (ENHORABUENA en letras capitales) por el esfuerzo totalmente desinteresado que se ha practicado y muchos ánimos a todos los que habéis trabajado y seguís trabajando por poner a Urueña en un lugar privilegiado, y deciros que podéis contar conmigo para lo que esté en mi mano hacer.
A todos, os deseo unas felices fiestas, que disfrutéis de estos días y que, junto a los vuestros, lo paséis de la mejor manera posible. Así que, como diría mi abuelo Felipe: “bienvenidos a la función”.
Nada más que decir por mi parte, salvo que haceros partícipes del inicio de nuestra fiesta y pediros que alcéis fuertemente la voz conmigo:
¡Viva Urueña y Viva la Virgen de la Anunciada!
Muchas gracias
Oscar Abril Revuelta, pregonero de las fiestas patronales de Urueña de 2017,
En Urueña, a 24 de marzo de 2017

SALUDA DEL ALCALDE

Diputada, alcaldes de localidades vecinas, compañeros de corporación, …..amigos y vecinos.

Muchas gracias de nuevo a todos por seguir aquí, en el Centro e-LEA Miguel Delibes, en este décimo aniversario de la Villa del Libro, un segundo acto, esta vez sí para dar el pistoletazo de salida a nuestras fiestas patronales de este año 2017, a las fiestas de la Anunciada, a la pellejera. Del tiempo casi mejor no hablamos ni para lo bueno ni para lo malo.

Antes de presentar a nuestro pregonero Oscar, alguna cosilla:

En primer lugar: Gracias a todos los que habéis colaborado en el programa de las fiestas, a los que os habéis anunciado, y como siempre de manera especial dar las gracias a la Junta Agropecuaria Local, y al coto de caza de la Anunciada muy especialmente a sus dos presidentes Mauro y Carlos, Carlos y Mauro por el afecto con el siempre tratan a este Ayuntamiento, gracias de corazón. Gracias a todo el personal del Ayuntamiento, a los concejales y sobretodo a esa gente que de manera generosa nos ayudan a que las fiestas de Urueña, nuestras fiestas, transcurran de la mejor manera y esté todo en orden.

El programa de este año como siempre, está hecho con mucho cariño y esmero, creo que todos sabéis de las dificultades que entraña elaborar un programa a gusto de todos y que sea posible hacerlo con los medios económicos y de otra índole de los que disponemos todos los años. Pero a aquellos más jóvenes con los que hemos estado hablando los últimos meses, deciros que tomamos nota de vuestras inquietudes y que de cara al 2018, en cuanto termine la fiesta de este año, ya trabajaremos para incluir y haceros caso en aquellas cosas que nos habéis pedido, en todas o casi todas, pero os prometo que desde la Corporación hemos tomado nota de ellas y que contamos con vuestra colaboración para que cada año las fiestas de Urueña sigan siendo mejores año a año.

Un par de apuntes antes de que pase a presentar al pregonero y no se me olviden.

Después del pregón hay un VINO ESPAÑOL en la carpa, cortesía de la BODEGA HEREDAD DE URUEÑA.

Y luego los FUEGOS ARTIFICIALES en los que os recomiendo esperar hasta la sorpresa final, al igual que el pasado año, y no, no es la misma, seguro que David de pirotecnia Nitro se ha esforzado en que salga fenomenal y nos guste a todos lo que le hemos pedido.

Bueno y ahora me toca presentar a Oscar, NUESTRO pregonero 2017. La verdad que le pedí su Curriculum hace unas semanas para leéroslo a todos y así ahorrarme el escribir algo sobre él, pero me ha enviado un curriculum de 8 páginas y me dice que es el abreviado, así que casi mejor que os diré alguna cosilla sobre él y el por qué está aquí hoy.

Querido OSCAR.

Desde que acabamos la fiestas de 2016 hemos trabajado para saber quien iba a ser el pregonero del siguiente año. Y después de cómo han ido sucediendo estos 365 días, desde que acabaron las pasadas fiestas, ya desde hace mucho desde el Ayuntamiento teníamos claro que ibas a ser tú, por todo el trabajo, por toda la ilusión y el compromiso que has tenido con Urueña.

Hace menos de un año, estábamos aquí presentando un curso, permíteme que diga “tu curso”, sobre arquitectura tradicional, sí un proyecto en el que llevabas mucho tiempo trabajando y que por esas extrañas coincidencias de la vida, en un simpisio de la Fundación Joaquín Díaz en la Bodega Heredad de Urueña, hizo que nos pusieran en contacto con la Universidad de Alcalá y sentáramos las bases de esa recuperación de los CHOZOS DE URUEÑA. (GRACIAS A LOS PROPIETARIOS Y A COLABORADORES). Un proyecto del que tú sabes todas las dificultades que hemos tenido, desde el principio, y que nadie mejor que tú sabe TODO el esfuerzo HUMANO ante todo, que se ha hecho y que estamos haciendo para intentar terminar el proyecto y restaurar esos tres chozos. Sabes Oscar que seguiremos trabajando para poder concluir este tu proyecto, esa ilusión que nos has contagiado hará que más pronto que tarde ese paseo de los chozos hasta la cueva sea todo un hecho.

Por si fuera poco, otro de tus proyectos (también de tu hermano Raúl y ahora también con la colaboración de Jesús Leal arquitecto municipal al que también agradezco todo su esfuerzo), la restauración del TORREÓN, del peinador de la reina será todo un hecho. Hace unos cuatro o cinco años, la anterior corporación sacamos un concurso de ideas para poder concluir la obra iniciada hace tiempo en ese torreón. Tu proyecto fue el que más nos gustó a todos sin ninguna duda. Y por fin, esperemos, después de varias comisiones de Patrimonio, después de varias modificaciones, después de mucho papeleo, de mucho esfuerzo, y muchas más cosas, que solo tú conoces, por fin, un espero que en dos o tres de meses a más tardar, todos los carrasqueños y visitantes puedan subir a ese punto más alto de la muralla y divisar el paisaje maravilloso que se ve desde allá arriba.

Por eso Oscar, estás hoy aquí, siendo el ilustre pregonero de nuestras fiestas, en tu pueblo, en URUEÑA, este 2017, esperemos estén concluidos estos tus dos proyectos, y así puedas sentirte más orgulloso si cabe de ser carrasqueño, y los carrasqueños estaremos aún más orgullosos de ti sabiendo todo lo que has aportado a Urueña.

Además de ese otro par de proyectos más personales como arquitecto que en breve se iniciarán en el pueblo.

Porque Oscar, en tu DNI no aparece el nombre de Urueña, pero todos los que te conocemos sabemos que tienes ese ADN CARRASQUEÑO, y sabemos que por tus venas corre sangre carrasqueña, no en vano tus padres y tu familia nacieron aquí, sino también porque desde el pasado año te casaste con una carrasqueña.

Oscar es un arquitecto joven, un joven arquitecto, que nos está transmitiendo una tremenda ILUSIÓN y unas ganas enormes de trabajar de manera discreta y humilde por Urueña, por nuestro pueblo, por tu pueblo.

Por todas esas cosas estás aquí hoy delante de tus vecinos, de tus paisanos, de tus amigos, de tu familia, de tu gente para dar el pistoletazo de salida a las fiestas de la Anunciada 2017.

Os dejo con Oscar.