Más cosas que ver en Urueña

Paisaje, puestas de sol, los chozos, el monasterio del Bueso, palomares, escudos heráldicos...

Edificios singulares

La Casona denominada «de la Mayorazga», sede de la Fundación Joaquín Díaz, fue levantada en los primeros años del siglo XVIII a instancias del Obispo Alonso de Mena y Borxa, nacido en Urueña en 1643 y muerto en Calahorra, sede de su diócesis, en 1714. A su muerte, las obras de la Casona aún no habían terminado y por ello, un sobrino suyo, Alonso Pérez de Mena y Borxa, Regente de la Audiencia de Navarra, se hace cargo de su conclusión y, en memoria de su tío, hace colocar los dos escudos de armas que campean en la portada principal del edificio. Posteriormente, es heredada por los sucesores del propio Mayorazgo de los Mena -de aquí el nombre por el que es conocido el palacio- y en 1757 pasa a manos de otra influyente familia de Urueña, los Pérez-Minayo.

Casa de Raimundo Negro:

Palomares

Palomares

Chozos

Chozos

Monasterio del Bueso

Hasta cuatro recintos monásticos se llegaron a construir en la zona, buscando habitualmente sus moradores el agua, la espesura y la madera, el emplazamiento recóndito o fortificado y sobre todo el lugar adecuado para huir espiritualmente del mundo aun continuando físicamente en él. Así, se fueron edificando sucesivamente el cenobio de los Pedregales, el monasterio de Villalbín, el monasterio real de San Pedro y San Pablo de Cubillas y la abadía del Bueso. Todos llegaron en mejor o peor estado hasta nuestros días, siendo alguno de ellos reconstruido o rectificado en los siglos intermedios, particularmente el de San Pedro, cuya iglesia, joya del arte románico, está actualmente dedicada a Nuestra Señora de la Anunciada, patrona de la Villa. Del primero sólo quedan restos (sacados a la luz en diferentes campañas arqueológicas) entre los cuales merece destacarse una lápida conmemorativa de la traslación de las reliquias de San Albino desde la sede de la diócesis de Palencia hasta aquí, lápida que se halló en los Pedregales; los tres fragmentos de dicha inscripción encontrados están depositados en el Museo Provincial de Valladolid junto a la probable transcripción del contenido de la piedra. Del Bueso y Villalbín sabemos que fueron atendidos primeramente por beatos para pasar después a pertenecer a las órdenes de San Benito y San Francisco, respectivamente, que se vieron obligadas a abandonarlos en tiempo de la desamortización.

La laguna

La laguna era antiguamente un gran foso que tenía doble función: recoger el agua de la lluvía con la que luego se abastecía la población. Recientemente se ha recuperado este entorno aunque de forma artificial, excavando el terreno y rellenándolo con agua depurada. Mide unos 1,60 metros de diámetro y 1,30 m de profundidad, y en la explanada que la rodea hay una zona verde que constituye un lugar de esparcimiento para los habitantes locales.

La cueva

La cueva

Heráldica

Escudos

Los caños

Junto al pago de las Eras Viejas, encontramos una pequeña caseta de piedra eregida en 1907, “Los Caños”, que ha sido la fuente más frecuentada por los vecinos de Urueña antes de que se subiera el agua en los años 50 del pasado siglo.

Paisajes

Los campos de Urueña cuentan con varios palomares, como por ejemplo, entre la Huerta y las laderas que bajan de la población, encontramos dos palomares típicos de Tierra de Campos, en adobe y tapial, uno circular y otro de planta cuadrada.

Uno de los mayores atractivos de la Villa es el paisaje que se puede contemplar desde el lado oeste de la muralla. Los días claros se divisan la Sierra de la Culebra de Zamora y el monte Teleno de León, así como una docena de pueblos situados en la llanura de Tierra de Campos, paisaje enorme con una multitud de colores cambiantes que dependen de la estación del año, y con un cielo azul con frecuentes cirros que producen unas soberbias puestas de sol.