El texto que presentamos es en estos momentos, sin ninguna duda, el auto más importante de las Navidades en Castilla y León. En su origen fue, probablemente, un texto corto que se representaba en las iglesias alrededor de la Misa del Gallo o intercalado en la misma y constaba solamente de lo que hoy se considera la parte central, es decir, el anuncio del angel a los pastores, los diálogos de éstos y la adoración y ofrenda de los presentes al Niño. Sobre este esquema primitivo se fueron añadiendo otros temas (villancicos, seguidillas y romances) que acabaron por dar a la Pastorada la estructura que tiene en nuestros días.

En síntesis, la Pastorada es un auto dramático navideño que relata el anuncio del ángel y la adoración de los pastores quienes ofrecen al Niño una cordera. Esta suele ser regalo de algún devoto que agradece así, públicamente, los favores recibidos durante el año; aunque la cordera se ofrezca en un marco con transfondo navideño, el destinatario no es el Nacimiento, como sería lógico, sino la Virgen de mayor devoción en la localidad.

Los textos de la Pastorada, tal y como han llegado hasta nosotros, se configuran como un conglomerado de partes que repiten insistentemente la misma temática: Todos los cánticos que aparecen antes y después de la parte central relatan lo sucedido desde el camino que hacen San José y la Virgen para Belén, hasta la adoración de los Magos. Así pues, en el auto, aparecen a veces anacronismos que no pertenecen a la composición original sino que son fruto del abundante material de aluvión que se ha ido incorporando al texto primitivo con el correr de los tiempos.

El origen de este auto en concreto se localiza en las antiguas diócesis de León y Palencia, extendiéndose por todas sus parroquias, de manera que en la actualidad existe en las provincias de León, Zamora, Valladolid y Palencia, en los pueblos que pertenecieron a aquella diócesis.

No se sabe a ciencia cierta si el auto -que podría datar del siglo XVIII- se compuso para ser representado por pastores, o por actores que hacían de tales en la Noche buena, pero fueron ellos, los pastores, quienes tomaron la obra como suya y supieron darle continuidad. De tal manera está enraizada en el sentir popular pastoril, que en algunas comarcas no se ve con buenos ojos que personas ajenas a esta profesión tomen parte en la celebración, viéndose obligados a reunirse los pastores de varios pueblos limítrofes para alcanzar el número deseado y admitiéndose sólo en casos excepcionales a los criados de los labradores. Para muchos pastores, la representación de la Corderada o Pastorada el día de Nochebuena constituía el único acto de culto público en la iglesia eximiéndose de acudir a los divinos oficios el resto del año.

La Pastorada es un auto de pastores estables, no de los trashumantes que por estas fechas están en Extremadura; hemos podido constatar que esta celebración, en los pueblos donde existía trashumancia, se sustituía por otras manifestaciones de religiosidad popular, como los ramos, generalmente cantados por mujeres.

El auto es conocido actualmente con el nombre de Pastorada, pero entre quienes lo representan se emplean otras denominaciones que varían según las comarcas; así, se conoce como la «cordera» o «corderada» en la zona de Campos y Oteros, la «borrega» en algunos pueblos de la montaña de León, los villancicos» en la comarca de Boñar, etc. No falta incluso el nombre genérico de «Pastorela», con el que aparece en el manuscrito (el más antiguo de los encontrados hasta ahora) de la Unión de Campos (Valladolid) fechado en 1882, que puede consultarse en la Fundación Joaquín Díaz.

Partes del auto.

En los ejemplares tradicionales se distinguen las siguientes partes que no suelen variar o, si lo hacen, como mucho de forma accidental:

a). En algunos pueblos, como Villabraz (León), Castroponce (Valladolid), etc. los pastores van a buscar al sacerdote y le acompañan hasta el templo cantando el Padrenuestro o cantares como éste:

Venid, venid pastores

venid aquí, llegad;

digamos al ministro

«Vamos a celebrar

el misterio divino

de la natividad

de Cristo redentor

de la Humanidad».

b). Llegados al templo cantan el «Cántico de entrada», que suele comenzar:

A las puertas de este templo

estamos con alegría

con esta hermosa cordera

para la Virgen María…

A continuación piden permiso para entrar en la iglesia. Cantando, relatan el nacimiento de Jesucristo mientras avanzan lentamente hacia el altar, donde ofrecen la cordera.

c). La parte central y más importante del auto está formada por el «anuncio del ángel» y la disputa entre dos de los pastores: Juan Lorenzo, el incrédulo que no se atiene a razones, y el Rabadán, el pastor bueno y creyente que está convencido de la aparición de un espíritu celeste que les anuncia la buena nueva. En este pasaje se hacen y comen las migas, el yantar clásico de los pastores en el campo. Mientras están en el banquete se les aparece una vez más el ángel, con lo cual hasta los más incrédulos se convencen del nacimiento del Niño y deciden ir a adorarle.

d). Los ofrecimientos. El Rabadán, cantando, llama a los pastores y les invita a que, uno por uno, entreguen al Niño los presentes que le han traido. Los ofrecimientos son, básicamente, de dos tipos: Unos, de tradición culta, en forma de seguidillas, que aparecen en casi todos los textos; otros, compuestos por los propios pastores, en los que se satiriza el comportamiento de los amos y la labor de clérigos y alcaldes, poniendo la nota cómica de la representación al hacer alusión a los sucesos más chocantes ocurridos durante el año en la localidad.

e). La despedida. Los pastores se despiden de la Virgen, del Niño y de todos los presentes, deseándoles paz y felicidad, al tiempo que expresan el deseo de volver a representar el auto al siguiente año.